¿Te imaginas pasar horas y horas entre libros hasta encontrar ese dato que estamos buscando? No es un reto, hace unos años era la única vía a la hora de realizar un trabajo de investigación. Actualmente, la digitalización se ha convertido en nuestro mejor aliado cuando se trata de ahorrar tiempo y esfuerzo en nuestro trabajo.
En el instituto, en la universidad o en el trabajo alguna vez nos hemos tenido que enfrentar a la elaboración de un proyecto de mayor envergadura, bien porque de él dependía parte de nuestra nota final o bien porque la empresa quería poner a prueba nuestra validez y efectividad. La sociedad contemporánea quizás no valore lo suficiente el poder de la digitalización documental, es decir, ese trabajo realizado por profesionales de la información que se dedican a transferir al mundo virtual una realidad histórica, técnica, científica o cultural. No somos conscientes de la importancia que tiene transformar un documento físico en un archivo digital o imagen electrónica, ya que con esta operación estaremos invirtiendo en la conservación del patrimonio documental y a la par facilitando los futuros trabajos de investigación de las futuras generaciones.
Hace unos años, en los que ni siquiera existía internet, la Encarta era considerada como una revolución tecnológica que venía a sustituir a las enciclopedias y a las pesadas horas de trabajo encerrados en la biblioteca. Pero es que ahora, a un solo click, tenemos toda la información a nuestro alcance en cuestión de segundos. ¿Toda la información que hallamos en internet es de calidad? No, aunque ahí reside nuestro esfuerzo, en saber encontrar las mejores fuentes informativas que pudiesen ilustrar con contenidos de calidad nuestro trabajo de investigación. Tener auténticas joyas de la literatura, documentos históricos de siglos o las mejores tesis científicas en internet es un auténtico tesoro. Podemos extraer esos documentos, subrayarlos, analizarlos, sintetizarlos, resumirlos, editarlos, adaptarlos a diferentes formatos y guardarlos fácilmente desde casa o la oficina. Tenemos las mejores herramientas para nuestros proyectos de investigación, aunque ahora de nosotros dependerá no infringir las políticas de privacidad o hacer un uso ilícito de ciertos documentos. La información es poder, y gracias a la documentación digital tendremos por siempre acceso a determinados datos, sin miedo a que el tiempo pudiese deteriorarlos.
Una documentación digital no es sinónimo del mínimo esfuerzo, pues entre tantos resultados esta debe ser exhaustiva para encontrar lo que buscamos para nuestro trabajo de investigación. Además de ahorrar espacios de almacenamiento, la presencia de la digitalización a la hora de sumergirnos en un proyecto de investigación garantizará un incremento de la productividad y el rendimiento de nuestro trabajo. Piensa que antes si necesitábamos un libro para realizar un trabajo de investigación y a la hora de pedirlo en la biblioteca ya estaba prestado, perdíamos una fuente informativa importantísima y los tiempos de elaboración del trabajo se alargaban hasta una fecha indeterminada. Con esos archivos digitalizados ahora varias personas pueden documentarse de forma simultánea e interpretar una misma información desde diferentes puntos de vista.
Cuando nos documentamos digitalmente el trabajo de estructuración de la información es mucho más cómodo y sencillo, pudiendo incluso compartir ciertos archivos con otras personas mediante las redes sociales u otras herramientas, aunque siempre preservando el rasgo de seguridad y privacidad que los caracteriza, ya que cada documento podrá disponer de una clave concreta.
La digitalización documental es un progreso que ha surgido con el fin de hacernos más sencilla la vida, especialmente a la hora de enfrentarnos a un trabajo de investigación. Es importante utilizar los recursos que las nuevas tecnologías nos ponen en bandeja, ya que muchas generaciones pasadas se hubiesen cambiado por nosotros por tal de tener tantas facilidades a la hora de sumergirse en un proyecto de gran envergadura.