Las empresas usan la digitalización para conseguir aumentar su productividad. Las grandes corporaciones han sido las primeras en realizar este proceso de transformación para aprovechar así al máximo las herramientas que ofrece y distinguirse de la competencia. Al tener mayores recursos han desarrollado esta tarea de manera rápida y efectiva.

La digitalización de las pequeñas empresas ha quedado como una cuestión menos prioritaria ya que su ámbito de actuación es menor y no parece una necesidad urgente hacer este cambio. Muchos negocios optan por mantener la manera tradicional en la que desarrollan su actividad con la idea de que su ámbito de actuación no se verá alterado. Sin embargo, la situación es otra bien distinta.

Las grandes marcas han aprovechado el boom digital para expandir aún más su ámbito de actuación. Las nuevas formas de comercio digital se han planteado como las preferidas para muchos consumidores. Los medios de comunicación también han sufrido una transformación y la manera en la que las empresas ganan visibilidad ha cambiado.

En cuanto a la productividad, la digitalización también ha conseguido optimizar procesos haciendo un mejor uso de los recursos. Procesos fundamentales, como la gestión documental, han cambiado de raíz permitiendo la automatización de tareas y la obtención de una visión analítica más precisa. Esto hace que la digitalización de las pequeñas empresas sea fundamental si no quieren permanecer al margen del tejido productivo.

El papel de la digitalización en las pequeñas empresas.

A pesar de que su volumen de negocio es menor, las empresas pequeñas comparten muchas actividades con las de mayor tamaño. Esto hace que la digitalización sea aplicable también para los negocios más pequeños. La productividad también se puede ver mejorada ayudando a conseguir los objetivos de la estrategia de negocio.

La digitalización de las pequeñas empresas puede requerir una inversión de tiempo y dinero que en principio puede parecer innecesaria, pero los cambios positivos que se consiguen son muy evidentes. La información se procesa de manera eficiente en ámbitos muy importantes como la contabilidad y las finanzas. Se conseguirá así aligerar la carga de trabajo pudiéndose dar prioridad a tareas más relacionadas con el objeto de negocio.

La digitalización de las pequeñas empresas permite que el ritmo de trabajo se adapte mejor a las plantillas más reducidas. Muchas tareas se verán optimizadas ya que necesitarán de menos recursos para su realización. Esto permitirá aumentar o diversificar la producción.

La entrada en el comercio electrónico de las pequeñas empresas será posible gracias a la digitalización. Esto aumentará las posibilidades de ampliar la clientela y además ganará a ayudar visibilidad. Para hacerlo de manera eficiente será necesario cambiar muchos procesos para evitar que sean un lastre en la consecución de este objetivo.

La digitalización de las pequeñas empresas será también una manera de facilitar todo tipo de gestiones tanto con particulares como con la administración. Se podrán emitir facturas electrónicas o usar la firma digital para realizar trámites.

En definitiva, la digitalización de las pequeñas empresas es realmente necesaria a la vista de la importancia que los medios digitales están adquiriendo en muchos ámbitos distintos. Hay que tener en cuenta que ya se están dando generaciones de nativos digitales cuya forma de vida está vinculada a este tipo de medio y que nunca llegarán a las pequeñas empresas si éstas no están digitalizadas.

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